miércoles, 9 de octubre de 2013

ZAMIN FERROUS – ARATIRÍ


Esto que presento hoy, más que una editorial, es un comentario, basado, en forma de síntesis, de un trabajo científico mayor.
Una nueva marcha contra ARATIRÍ se realizará el 18 de  octubre en defensa de la tierra, del agua, de los bienes naturales, en síntesis, en defensa de nuestra soberanía.
El que tiene ojos que vea y el que tiene oídos que escuche.
El Interior reclama por  sus derechos y por los derechos de todos los uruguayos ante la sordera y falta de respuestas a sus reclamos de nuestro gobierno.
A solicitud de escuchas del programa Tierra Libre, intentaremos resumir un trabajo técnico, que llegó a  nuestras manos sobre la transnacional Zamín Ferrous, más conocida en nuestro país por ARATIRI.
Además de estar en juego la inconstitucionalidad de la ley ARATIRÍ y de la intencionalidad del Gobierno de Mujica empeñado en llevar adelante dicho proyecto, es conveniente que conozcamos y reflexionemos a nivel de pueblo sobre su alcance y efectos, no sólo sobre el lugar y sus alrededores de la minera a cielo abierto, sino también sobre nuestro País.
Todos, o por lo menos algunos, conocemos la campaña hecha por Aratirí a través de un folleto que a la gente le dice una cosa y a la Dirección Nacional de Medio Ambiente  (DINAMA), le dice otra. Es nuestro deber, como periodista, informar a la población, porque los grandes medios silencian.
El aberrante e injustificable proyecto de la minera a cielo abierto afectará desde el Centro del País, Cerro Chato, hasta la costa oceánica, y además perjudicará a más de 400 pequeños productores, que perderán sus tierras.
Mentir es fácil cuando se quiere ocultar la realidad de los hechos, decir la verdad siempre cuesta y duele. De ahí la importancia de conocer el impacto que dicha empresa presenta a la DINAMA, información que ésta oculta.
Decíamos que ARATIRÍ informa una cosa a la población a través de los medios  mientras que la realidad de lo que va a pasar es otra. A pesar de esta patraña creada e inventada por la transnacional, favorecida por el gobierno y los medios masivos de comunicación, hay organizaciones sociales y técnicos comprometidos con la gente y el medio ambiente que lo denuncian.
Veamos algunos ejemplos que nos permitirá cotejar lo que esta transnacional nos dice a nosotros pueblo y lo que será en realidad confesa ante la DINAMA, que también oculta la información a la población, que tiene derecho en conocerla.

ARATIRÍ dice que se descubrió yacimientos de 2.500 millones de toneladas, 40 veces mayores que los conocidos y que su explotación será viable por un periodo entre 20 y 30 años; mientras que a la DINAMA le informa que el yacimiento es de 764 millones de toneladas y que el tiempo de la extracción será de 12 años.
Respecto al área afectada por la minera:
ARATIRÍ dice a la población que la superficie de las minas es de 500 hectáreas, mientras que a la DINAMA le informa que será de 798 hectáreas, con 4 cráteres de 100 hectáreas c/u con una profundidad de 400 metros; pero sepamos que el área afectada por el complejo minero propiamente dicho será de 14.505 hectáreas;  y el área afectada por las actividades de Aratirí incluyendo la prospección y exploración además de las 5 minas propuestas será de 120 mil hectáreas.
Vaya cotejando una cosa con la otra y descubra la mentira.
Respecto al uso de químicos la transnacional:
ARATIRÍ dice que no usará productos químicos. Miente una vez más, mientras el informe a la DINAMA dice que usará 200 mil litros por día de diesel oil que producirán unas 30 mil toneladas de gases por hora de efecto invernadero, así como gases nitrosos y sulfurosos. (no se preocupe por los términos técnicos, sólo trate de entender los efectos que este uso produce en la vida del ciudadano)
¿Cómo creer en la DINAMA que oculta toda esta información? Por favor, no seamos ingenuos. Lo que estamos diciendo sobre ARATIRÍ, dígase lo mismo sobre las Pasteras. Lo que queda claro es que tanto las empresas que quieren ganar dinero como quienes tienen que defender a la población, ocultan información vital a la población.
Pero sigamos:
Respecto a los explosivos que se usarán, debe tenerse en cuenta que la minera a cielo abierto usará 43 mil toneladas anuales de ANFO, que tiene 90% de nitrato de amonio, que producen unas 40 mil toneladas de gases nitrosos y agua, que conducen a la formación de ozono, poderoso oxidante que ataca los tejidos pulmonares.
Se usarán además para decantar los sólidos en suspensión en el agua poliacrilamidas (olvide los términos, que los usamos por razones técnicas), que puede originar cáncer, lesiones genéticas y del aparato reproductor.
Hay mucho más para agregar sobre su industrialización, donde también se miente, donde los yacimientos uruguayos contienen una proporción de hierro del 28% y en el mercado internacional se requiere el 65%.
¿Qué decir de la fuente de trabajo donde promete 10.500 puestos de mano de obra, y ARATIRÍ apenas si contratará  1.500?
Qué decir del consumo de energía, del mineroducto; pero nos paramos  sobre el súper puerto oceánico, el agua y los recursos hídricos, el polvo y los ruidos y la herencia que nos dejará Aratirí.
Se nos dice que para exportar la producción basta con una “pasarela”, que entra en el océano 2.5 kms., pero no se dice que se construirá un emisario submarino paralelo al muelle para descargar las aguas contaminadas de las minas.
Respecto al agua y recursos hídricos, la minera desviará varios arroyos y el río Yí contaminará aguas superficiales, napas y aguas subterráneas por el escurrimiento de los cráteres.
Los impactos de la contaminación y las alteraciones del sistema hídrico de la región se extenderán entre 3 y 6 kms, alrededor del complejo minero.
Se miente también respecto al polvo y a los ruidos debido a los explosivos.
 El polvo respirable llegará a distancias entre 25 y 50 kms, -según los vientos- Además la detonación cada dos días de 240 toneladas de explosivos genera un ruido de 150  decibeles local y a 40 kms del lugar puede llegar a 103 decibeles,  cuando para las personas por criterios médicos, sólo está permitido 85 decibeles. Piense lo que significa para el cerebro, el oído humano, y la de todos aquellos animales que viven en los alrededores.
Y por último ¿qué herencia nos deja la minera?:
Aratirí  dice y asegura los mejores estándares de protección del ambiente; mientras que el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de la propia Aratirí, calificó los daños de la explotación minera, como “permanentes”, “irrecuperables” e “irreversibles”.
¡Para que seguir hablando!. Y no dejemos de mencionar los cráteres que quedarán abiertos por años con aguas contaminadas antes de volver a taparlos con tierra sabiendo que no servirán para la agricultura, aunque  el gobierno nos diga lo contrario.

Donde quedó aquella frase de Artigas ¡NO VENDERÉ EL RICO PATRIMONIO DE LOS ORIENTALES AL BAJO PRECIO DE LA NECESIDAD!, así, nuestro gobierno quiera lavarse las manos y justificar las inversiones de las transnacionales que nos dan mano de obra, creyendo ingenuamente  que luego los cráteres se tapan y la tierra se vuelve productiva. ¡Ignorancia crasa! como cuando. para minimizar los efectos del monocultivo forestal, se dijo que las vacas podían pastar entre los eucaliptos y que ellas contaminan más que las pasteras. Sí, es cierto, pero ellas son parte de nuestra vida,  de nuestra riqueza y de nuestra alimentación, no así las pasteras.
¡Pobres de nosotros si queremos defender nuestra soberanía nacional entregando a los intereses imperiales nuestro patrimonio. La guerra de palabras se ha instalado. No demos crédito ni a los agentes de gobierno, ni a algún político aspirante,  ni a los medios, sepamos escuchar lo que dicen los técnicos, que saben Y NO ESTÁN VENDIDOS a los gobiernos.
Esto no es desobediencia cívica, ES TENER CONCIENCIA CÍVICA. Lo demás es palabrerío.
Una vez más repetimos y seguiremos insistiendo para quienes no quieren escuchar esto solo cambiará cuando los ciudadanos y no los políticos, convoquen a una ASAMBLEA CONSTITUYENTE para cambiar esta CONSTITUCIÓN que hoy nos rige; cuando se legalice una nueva estructura de partidos políticos y cuando se cambie el sistema que encubre la corrupción actual en los diversos estamentos de la administración estatal, con UN MAYOR CONTROL CIUDADANO.








EDITORIAL
Una nueva marcha, si no me equivoca la quinta que, en contra del proyecto Aratirí se hará el 18 de octubre próximo, en defensa de la tierra, del agua y de los bienes  naturales y de la vida. En síntesis en defensa de nuestra soberanía cada vez más entregada  a las transnacionales.
El que tiene ojos que vea y el que tiene oídos que escuche.  Nuestra gente de los departamentos afectados y del resto del interior se moviliza hacia Montevideo una vez más para reclamar por sus derechos y por los derechos de todos los uruguayos ante la sordera y la falta de responsabilidad de nuestro gobierno.
El proyecto Aratirí tiene ya media sanción en la Cámara Baja, porque la idea del gobierno es llevar adelante, contra viento y marea, la “minería a cielo abierto”. Poco y nada le interesa lo que piensan los técnicos, la población en general y específicamente los directamente afectados, porque este proyecto, como en tantos otros, lo político debe primar por sobre lo jurídico, como le gusta decir a nuestro presidente Mujica. Y es por eso que las decisiones se toman a nivel político, sin tener en cuenta si o es no  constitucional lo que se hace.
No importan los daños que se causarán a los 400 pequeños productores dejándolos en la vía. No  importan los daños por la contaminación de aire, tierra, suelo,  de los ríos y arroyos, de las napas e inclusive del Acuífero Guaraní, que se verán afectados. No  importa el uso de químicos que pueden afectar al ser humano. No importan los cráteres de 400 metros de profundidad que inutilizarán nuestras tierras productivas para siempre. No importa NADA, sólo importan los intereses de la transnacional Aratirí.
No demos crédito ni a los agentes del gobierno que traicionan a su pueblo mintiéndole; ni a político alguno, que suscitan nuestras pasiones y chauvinismo buscando votos, lejos de los intereses del país; ni le demos crédito a los medios adulones, que se aseguran las prebendas del gobierno que les reparte nuestro dinero en publicidad; SEPAMOS ESCUCHAR A LOS TÉCNICOS QUE NO ESTÁN VENDIDOS A LOS GOBIERNOS DE TURNO.
Esto no es un llamado a la desobediencia cívica, es tomar conciencia ciudadana, que debemos saber defender para no perder nuestros derechos.
Una vez más repetimos, en estos vaivenes de la vida política, que habrá que cambiar,
-        solo será posible el cambio cuando los ciudadanos, rompan con ciertas tradiciones que los tienen atados y convoquen a una asamblea constituyente, independientemente de los políticos, para cambiar esta Constitución que hoy nos rige;
-        sólo será posible cuando se legalice una nueva estructura de los partidos políticos y cuando se cambie el sistema que encubre la corrupción actual en los diversos estamentos de la administración pública con un mayor control ciudadano, de modo que podamos salir de esta indefensión  a la cual nos tienen sometidos.
En nuestro próximo número de Punto a Punto publicaremos un resumen con datos detallados del alcance y consecuencias de lo que significa el proyecto Aratirí.


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