Desarrollo
sostenible y soberanía alimentaria
Dos conceptos que se usan
frecuentemente sin tener claro su significado o intencionalmente se
usan cuando nuestros gobiernos autorizan nuevos mega emprendimientos de
dudosos fines y resultados
Compartimos con usted amigo lector, en
apretada síntesis, un valioso trabajo del Ingeniero Andrés Senlle*, experto
europeo y consultor internacional, que nos aclara estos conceptos tan
manoseados hoy en día, tanto a nivel de autoridades de gobierno, como de
empresarios que intencionalmente tratan de desconocer el significado
de su terminología para hacernos creer que llevan al país a buen
puerto.
Hoy la preocupación en lograr un
futuro sustentable es encontrar la forma de frenar el deterioro que sufre
nuestro planeta y su clima, así como preservar la vida de las personas y de
toda la biodiversidad.
Cada vez se necesitan más alimentos
para saciar el hambre en nuestro mundo. Todos coinciden, científicos, técnicos
y especialistas en la necesidad de ser sustentables.
El desarrollo sostenible es aquel que
conjuga tres ejes: lo económico, lo social y el medio ambiente, que
todo gobierno debe fijarse como objetivo, además de tener en cuenta los
requerimientos de las normas internacionales a la hora de gestionar cualquier
emprendimiento.
Para ello habrá que hacer, dice nuestro
ingeniero de referencia:
“1) negocios éticos, transparentes, de buena práctica, que cuiden la
economía en un desarrollo consolidado, libre de endeudamientos, soborno,
prevaricación y corrupción y diríamos que, de ninguna manera puedan
primar los negocios a la ideología;
2) la sociedad debe beneficiarse del desarrollo, teniendo mejores
sistemas de salud, educación y bienestar, cosas que por ahora están en la letra
y se esconden detrás de promesas de mano de obra;
3) el cuidado del medio ambiente es absolutamente necesario para
preservar la vida y para ello especialmente cuidar la no-contaminación del
aire, suelo o el agua, elementos estos hoy cuestionados”.
De cumplirse con estos requisitos
podríamos hablar de un desarrollo sostenible.
¿Usted cree que nuestro gobierno está
cumpliendo con estos requisitos?
En cuanto a la soberanía
alimentaria, debe recordarse cuanto dijo Jacques Chirac,
en su recorrido por el África, que exhortó a reorientar el desarrollo agrícola
en el sentido de soberanía alimentaria, y para ello la agricultura debería
tener un tratamiento especial, cosa que por estas tierras estamos
olvidando.
La soberanía alimentaria es el derecho
de los pueblos, comunidades y países, a definir sus propias políticas
agrícolas, pastoriles, laborales, de pesca, alimentarias y agrarias, que sean
ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas.
¿Dónde quedan nuestros derechos, cuándo
se siguen haciendo cosas desoyendo la voluntad popular?
Cuando la tierra de un país pasa a
manos de multinacionales, que realizan monocultivos o mega emprendimientos como
papeleras o minas, automáticamente desplaza el espacio para la producción de
alimentos.
Nosotros somos un país esencialmente
agrícola-ganadero, un país natural, como lo indica el artículo 47 de nuestra
Constitución y eso lo hizo sustentable. Por allí debemos orientar a nuestro
país, en lugar de “vender la tierra al bajo precio de una aparente necesidad”,
fomentando empresas e industrias que contaminan el suelo, el aire y el agua.
Se nos miente cuando se dice que todo
está bajo control. No hay control del uso indiscriminado de los agrotóxicos, de
los alimentos transgénicos, que son un atentado contra la salud y que en Europa
están prohibidos y no se permite su importación, mientras que aquí se
autorizan, no se controlan y están contaminando.
Tenemos empresas transnacionales
vinculadas a los agro-negocios, orientados a la producción de biocombustibles.
Desaparecen los bosques originarios, los plantíos campesinos, se contamina la
tierra y se recalienta la atmósfera y todo esto parece no importar a nuestro
gobierno, que sigue atado y sumiso a las empresas transnacionales.
La soberanía alimentaria es el único
camino que pueden y deben elegir los gobiernos, para que trabajen para un
desarrollo sostenible y gestionen para el bienestar de su pueblo.
En síntesis, no
podrá haber desarrollo sustentable ni soberanía alimentaria mientras
sigamos atados a las transnacionales y vendiendo nuestras tierras al vil precio
del metal, para los mega emprendimientos bajo el falso concepto de progreso,
entendido como desarrollo.
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