sábado, 5 de julio de 2014

Ejercicio del poder en el poder es algo nefasto

Editorial de la Revista Punto a Punto del 5 de julio 2014
La decisión de la FIFA respecto a Luis Suárez, dio para comentar en el ámbito deportivo uruguayo y despertó pasiones inusitadas en la sociedad uruguaya, porque Uruguay fue afectado, de lo contrario nadie hubiese dicho nada sobre su uso y abuso desde que la FIFA es FIFA.
Es lamentable que tengan que suceder estos hechos, si bien deportivos, para que despertemos de la injusticia que desde hace años se viene cometiendo en la FIFA.
No sólo involucró a la prensa en general, uruguaya y mundial, tomando partido,  sino que también se involucró el Poder Ejecutivo en la persona de nuestro Presidente Mujica, quien luego trató de justificarse diciendo “como jugador genial, a veces parece un chiquilín de barrio” y otras aberraciones impublicables.
Esta nota pretende ir más allá de enojos, reproches y dislates que se han dicho al respecto.  A distancia del hecho y con la sangre más fría, cuando las voces del mundial se están acallando y la pasión deportiva se enfría, porque nuestra selección quedó al margen del mundial, como otros tantos equipos de primerísima línea, caso Italia, Inglaterra, México, para nombrar algunos, sólo pretendemos reflexionar junto a nuestra gente.
No siempre se toma conciencia que cuando el  poder se ejerce por el poder mismo, no como servicio, se cometen aberraciones y se han cometido y se siguen cometiendo desde que la historia es historia. Quien no recuerda la esclavitud egipcia de los Faraones, el atropello del Imperio romano, las aberraciones de las dictaduras entre otras tantas, donde el abuso del poder se impuso por el poder mismo.
Pero, por algo la historia es maestra.
Más allá de lo acontecido con Luis, criticable en todo deportista  que se precie de tal, esta situación nos lleva a una reflexión que supera los límites del fútbol y de la FIFA: el poder sobre el poder, que se ejerce en los distintos ámbitos sociales y políticos, con  hechos que a diario golpean a nuestra sociedad uruguaya, sin que la prensa se haga eco, ni que por ello, nuestra sociedad se movilice ni se agite, como lo ha hecho en esta circunstancia.
Es increíble lo que puede la pasión del fútbol, mover a más de un 50% de una sociedad que sigue adormecida en los problemas que a ella misma le afecta.
El poder por el poder tiene muchas caras, pero siempre se manifiesta de una forma u otra, porque es ÉL y nadie más. Está presente en los individuos, en la sociedad, en la política, en la economía y a veces hasta en la propia Justicia, cuando ésta judicializa a las movilizaciones sociales, cuando imparte justicia diferente entre poderosos y pobres, e inclusive cuando cierra los ojos ante hechos de corrupción del poder político.
Estas son las caras más visibles del poder por el poder, donde no escapan ciertos individuos que con la careta circunstancial de un cargo gubernamental se adueñan de la verdad como absoluta. Tampoco escapan ciertas clases sociales ni corporaciones políticas o gremiales que se adueñan de ella. Y qué decir de una élite partidaria o de ciertos políticos que menosprecian a los ciudadanos, que hacen caso omiso de sus reclamos, y que de un plumazo a través de leyes los desaprueban, tal el caso de 64 profesionales universitarios que demostraron la inconveniencia de UPM ex Botnia, o de los análisis científicos ambientales que advierten sobre los perjuicios de ARATIRÍ, del  Puerto de Aguas Profundas y la regasificadora, etc…
Y finalmente, el poder por el poder se manifiesta por la economía, por medio de un sistema que sacrifica el bienestar social por la riqueza de unos pocos privilegiados, en una distribución injusta de la riqueza.
Como vemos, el poder por el poder no está solo en la FIFA, aflora en cualquier sistema de gobierno donde el dinero y quien lo posee es el que manda y en todos los órdenes de sujeción a los principios capitalistas. Es la esencia de este sistema que hoy padecemos como uruguayos.
Lo bueno sería que, ante todos los hechos donde se aplica EL PODER POR EL PODER, tuviéramos la misma reacción que se tuvo con la FIFA. Esto nos daría un impulso para dejar de depender de este tipo de gobierno, donde las corporaciones partidarias tienen sus nidos.
Hasta que los ciudadanos no asumamos que estamos siendo objeto de grandes mentiras y de grandiosas estafas políticas, tendremos reacciones como las que vivimos contra la FIFA, sin advertir que las que en realidad nos perjudican suceden a diario y dejan secuelas humanas más importantes.

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