Reciben un cedulón tras otro conminándoles a devolver campos
Familias de colonos denuncian que son empujadas a dejar sus tierras
Colonos de San Javier, Luis Alberto de
Herrera y Ofir denuncian a la regional Paysandú por informes
distorsionados, completamente desfavorables, que los están empujando a
abandonar los campos que les adjudicaron hace más de 60 años.

Productores de tres colonias: San Javier, Luis Alberto de Herrera y Ofir, podrían ir a la Justicia.
RÍO NEGRO | DANIEL ROJAS16 mar 2014
Las familias asentadas en campos de Río Negro
dicen sentirse perseguidas a tal punto que algunos se han enfermado por
la presión psicológica que supone recibir un cedulón tras otro,
conminándoles a dejar las tierras. Incluso, la esposa de un colono
intentó quitarse la vida después de recibir la notificación judicial.
Sostienen que les están buscando "la quinta pata al
gato" y que, para ello, han recurrido a "falsear" los informes elevados a
Montevideo, dando cuenta de casas vacías y campos descuidados. No
descartan presentar una denuncia penal.
Algunos arrendatarios indicaron que los relevamientos
son diametralmente opuestos cuando los técnicos son enviados desde
Montevideo y aclararon que la decisión de desalojarlos no pasa
necesariamente por deudas en la renta.
Hasta la puerta.
La familia de Álvaro Lorduguín ocupa desde 1954 la
fracción 122 de Colonia Herrera. Su hermano Juan denunció serias
irregularidades "en algunos informes que no concuerdan con la realidad
de varias fracciones. También nos sentimos presionados por los
reiterados cedulones que nos mandan. Incluso ha llegado el juez hasta la
puerta de las casas", expresó el productor.
Juan indicó que a pesar de la adversidad planteada
existe voluntad "de solucionar los problemas, en un grupo donde algunos
tienen deudas pero también existen casos de colonos que no deben nada e
igualmente están en la misma situación".
Su hermano José contó que hace algunos años sufrieron
cuantiosas pérdidas por la muerte de las vacas de ordeñe como
consecuencia del llamado "hongo de la pradera".
El tambo se vio reducido a unos pocos animales que se
vieron en la necesidad de vender. Eso generó deudas, pero a principios
de este año, pagaron US$ 10.000 sobre un total de US$ 35.000 y se
comprometieron a saldar el resto antes de fin de año. Aun así, el
Instituto de Colonización los quiere fuera.
"Hicimos una propuesta de pago, se pagó una
importante suma y a los tres días el informe fue muy malo, recomendando
que no se dé andamiento a la propuesta de pago", informó a El País, Juan
Lorduguín.
De bebé.
Otro caso es el de la familia Pons Kasmenko.
Francisco llegó allí con 8 meses y hoy tiene 78 años. El instituto le
pide que entregue el campo.
"Con Colonización no tenemos deudas, nos encontramos
al día. Vivimos con nuestros hijos y trabajamos la fracción como nos
pide el Instituto. El tema es que hace un tiempo recibimos una
notificación por una inspección ocular de un ingeniero que falta a la
verdad y nos quieren obligar a cosas que no están dentro del
reglamento", indicó Raquel Kasmenko a El País.
Dijo que el mismo técnico redactó en el informe que
su esposo padece una enfermedad. "Nosotros pedimos que certifique eso
porque no es verdad", indicó.
Leonel Vidart, otro de los colonos, dijo que
recibió tantas presiones que entregó uno de los dos campos que tenía
para lechería. Al poco tiempo se enteró que fue destinado a la
siembra de soja.
Admitió que en su tierra también tiene una
plantación de soja, 15 hectáreas para verdeo de invierno, además de
vacunos, lanares y yeguarizos.
"Vivo ahí y vivo de eso. Como seguían insistiendo
opté por entregarle uno de los dos campos. Tenía un atraso que saldé
hace 7 meses pagando todo al contado y ahora me siguen pidiendo el
campo que me queda", dijo indignado el productor.
Grave.
Diego Henderson, presidente de la Mesa Nacional
de Colonos, dijo que éste es el resultado de un largo proceso de
delegaciones regionales "que marchan muy mal", como la de Paysandú, a
cargo de Ana Fernández, "que ya tiene antecedentes de mala gestión en
Artigas donde tiempo atrás ocurrió una situación similar".
Henderson denunció que en un caso "tildan de loco a
un colono sin ninguna constancia, cuando para hacer lo mismo con un
funcionario público hay que hacer, por lo menos, una pericia
psiquiátrica".
"Desde que asumí como presidente de la Mesa, vengo
sosteniendo que el lápiz de un técnico es más peligroso que una
ametralladora. Es muy perverso", añadió.
Cuando se le preguntó cuáles son las razones por las
que se intenta despojarlos de la tierra, Henderson respondió que él se
formula la misma pregunta. "Así como a lo largo y ancho del país hay
colonos para defender y otros que no, hay funcionarios públicos que
rayan con la delincuencia", expresó.
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